Equipando a los trabajadores de respuesta a desastres para que se mantengan seguros: Entrenamiento sobre salud y seguridad ocupacional con MCN y Fuerza Resiliente en Nueva Orleans
A principios de este mes, Amy Liebman, MPA, MA, y Alma Galván, MHC, de la Red de Proveedores de Servicios de Salud (MCN por sus siglas en inglés), estuvieron en Nueva Orleans para reunirse con los organizadores y los trabajadores de Fuerza Resiliente. Fuerza Resiliente es una organización no gubernamental a nivel nacional que apoya y defiende a los trabajadores de respuesta a desastres, a quienes ellos definen como una clase emergente de trabajadores migrantes que reconstruyen las comunidades después de que suceden desastres climáticos como los incendios, las inundaciones y los huracanes. En general, ellos enfrentan riesgos laborales muy significativos para la salud, la falta de entrenamiento en seguridad ocupacional y la falta de reglamentos y protecciones en su lugar de trabajo. El objetivo de MCN en este viaje era aprender más sobre los esfuerzos realizados por Fuerza Resiliente, conocer las necesidades y los riesgos de salud a los que están expuestos estos trabajadores y cómo podrían Fuerza Resiliente y MCN apoyarles con su experiencia para mantenerse seguros. Aquí, les ofrecemos lo que conversamos con Amy sobre los entrenamientos y lo que aprendieron de los trabajadores migrantes que ayudan a reconstruir comunidades después de los desastres climáticos. MCN agradece a Global Giving por apoyar nuestro trabajo para ofrecer a los trabajadores de respuesta a desastres entrenamientos sobre salud y seguridad ocupacional.
¿Qué es un trabajador de respuesta a desastres o trabajador climático?
Un trabajador climático es un trabajador temporal que se traslada a una zona después de que ha ocurrido un desastre climático para hacer tareas de limpieza, demolición y reconstrucción. Cada vez más, este grupo está integrado por trabajadores inmigrantes que, a menudo, no tienen la autorización para trabajar en los Estados Unidos. Estos trabajadores siempre han existido y se les ha llamado de diferentes formas: "trabajadores de limpieza de desastres", "trabajadores de reconstrucción", pero la crisis climática ha hecho que se les necesite mucho más pues los desastres cada vez son más frecuentes y severos y están afectando a áreas que antes no sufrían este tipo de desastres.
Como escuchamos en una de las reuniones, muchos de estos trabajadores van de una zona de desastre a otra, buscando trabajo en la reconstrucción. Joel, un trabajador de Venezuela nos dijo: "Desde mi llegada a los Estados Unidos en el 2018, he estado dedicado a la reconstrucción de comunidades tras 17 desastres diferentes". Incendios forestales en el oeste, el huracán Ian en el sur, inundaciones, tormentas de nieve y más huracanes. Muchos de los trabajadores con los que hablamos encontraron trabajo en el área de Nueva Orleans y llegaron desde Florida después de trabajar en la reconstrucción de casas y edificios afectados por el huracán Ian.
Fuerza Resiliente, nuestro aliado para este entrenamiento y las reuniones de aprendizaje, les llama "trabajadores resilientes". Fuerza Resiliente lleva años trabajando y apoyando estrechamente esta fuerza laboral. Han hecho un gran trabajo organizándoles, sobre todo en asuntos relacionados con la explotación laboral. Han estado trabajando para profesionalizar esta fuerza de trabajo y que se le reconozca como una categoría para que puedan defender sus necesidades laborales propias, como salarios justos y visados especiales.
¿Cómo participó MCN en este entrenamiento?
En esta oportunidad, Fuerza Resiliente invitó a MCN para hacer juntos un entrenamiento sobre salud y seguridad ocupacional -entrenamientos por los que MCN es reconocido. Pudimos ver a Fuerza Resiliente en acción. El entrenamiento se hizo en español y en él participaron 43 trabajadores, entre ellos 13 mujeres. Todos eran inmigrantes procedentes de Honduras, Perú, México, República Dominicana y Venezuela. Al momento de presentarse cada uno, hablaron de las diversas tareas que hacen. Algunos eran pequeños contratistas generales, otros hacían techos o eran miembros de cuadrillas de demolición... muchas de las mujeres se referían a sí mismas como “finishers”, es decir, hacían el trabajo para terminar los detalles, como con la pintura y los paneles de yeso.
Cynthia Hernández, de Fuerza Resiliente, comenzó su entrenamiento hablando del equipo de protección personal (PPE por sus siglas en inglés) y de los derechos de los trabajadores. También habló del papel que cumple la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA por sus siglas en inglés) y de las regulaciones que existen para proteger a los trabajadores.
Luego, Alma Galván y yo continuamos con nuestra presentación sobre las enfermedades relacionadas con el calor. Los participantes se sorprendieron al oír que los trabajadores de la construcción tienen 13 veces más probabilidades de morir por el calor extremo que otros trabajadores. Los trabajadores participaron mucho durante el entrenamiento. Hacia el final, hablamos de sus necesidades en materia de salud y seguridad e hicimos una lluvia de ideas sobre qué otros entrenamientos querían. Nos dijeron que querían recibir entrenamientos sobre el moho y los hongos, pues son riesgos frecuentes pero muy graves para la salud y que usualmente proliferan en los edificios dañados después de los huracanes o inundaciones. También mencionaron su deseo de recibir más entrenamientos sobre protección contra caídas, protección respiratoria, prevención de silicosis y otras enfermedades infecciosas. También se mencionó la salud mental relacionada con el estrés de su trabajo, el estrés de estar en un nuevo lugar y desconectados de su red de familiares y amigos.
¿Qué fue lo que más le llamó la atención de las historias de los trabajadores? ¿Qué le contaron sobre sus necesidades de salud ocupacional?
Uno de los temas más mencionados durante todo el entrenamiento fue la protección contra caídas. Escuchamos más de una historia aterradora de un trabajador de Fuerza Resiliente que se cayó de un techo y acabó en coma, sin poder trabajar por mucho tiempo. Mariano, quien ahora trabaja con Fuerza Resiliente, estaba trabajando en Florida cuando se cayó y pasó 12 días en coma. Su empleador le abandonó, así que en el hospital nadie sabía quién era.
Muchos trabajadores hablaron de la presión que sienten en el trabajo después de que pasaba un huracán. A ellos se les llama para cubrir urgentemente las casas dañadas con lonas para que no sufran más daños. Algunos trabajadores tenían que colocar 12 lonas al día, lo que no es realista. En la mayoría de los casos, los trabajadores no habían recibido entrenamiento para protegerse de las caídas. Anecdóticamente, sabemos que estos trabajadores resilientes se encuentran en una categoría de peligro mayor a la del trabajador promedio de la construcción, y el trabajo de la construcción de por sí ya es un trabajo peligroso. Es algo que hay que atender urgentemente pues la crisis climática no hace más que agravarse.
La gente no suele pensar en la fuerza laboral que reconstruye nuestras comunidades tras un desastre. Sin embargo, estos trabajadores son fundamentales para mejorar nuestra capacidad de enfrentar el impacto cada vez mayor de la crisis climática, una crisis que está aquí y ahora y que constituye una amenaza existencial. Sin embargo, los trabajadores de respuesta a desastres están expuestos a peligros extremos que afectan su salud y bienestar, sin contar, que también se enfrentan a abusos laborales como el robo de salarios. El trabajo en justicia climática debe incluir la atención a esta fuerza laboral para garantizar su dignidad, salud y seguridad.
Usted mencionó que los participantes eran latinos. ¿Qué papel desempeñan sus culturas y sus orígenes en el trabajo?
En primer lugar, necesitamos más entrenamientos que sean cultural y lingüísticamente apropiados y adecuados. Hay una gran falta de entrenamientos, sobre todo para quienes hablan español y emigran de países latinoamericanos. Es fundamental diseñar entrenamientos que tomen en cuenta los múltiples aspectos culturales de los participantes para que el contenido sea significativo, útil e interactivo. De este modo los participantes se pueden conectar mejor con el contenido del entrenamiento, sentirse suficientemente apoyados y aplicarlo en su trabajo para mantenerse seguros.
En segundo lugar, nosotros identificamos un mensaje implícito relacionado con su reflexión de que los latinos(as) pueden hacer cualquier trabajo, aunque sea peligroso. En otras palabras, el latino(a) se siente como una especie de superhéroe que está dispuesto a correr riesgos y hacerlo todo, incluso 12 techos al día aun siendo peligroso. Un trabajador, entre risas, mencionó que “a veces existe esa sensación o sentimiento de que rechazar el trabajo más duro o peligroso por protección no es algo que ellos hacen” y, añadió que, “protegerse es algo que hacen los blancos” y todos entendimos perfectamente su punto. Quizás necesitamos trabajar en que además de que la gente reconozca sus fortalezas como trabajadores, también reconozcan que merecen tener medidas de salud y seguridad en el trabajo que les permita protegerse para que continúen trabajando como los trabajadores fuertes que son sin lesionarse en el proceso.
¿Qué hay del género? Usted menciona que 13 de los 43 participantes eran mujeres. ¿Cómo impactó esto a su entrenamiento?
Para empezar, es muy importante reconocer que las mujeres forman parte de la fuerza laboral de la construcción. Para nosotros, en MCN, eso significa que nuestros entrenamientos deben responder tanto a hombres como a mujeres. También es importante entenderlo desde una perspectiva de una política pública más amplia. ¿Qué significa esto en términos de la talla y ajuste de los equipos de protección personal? ¿Qué significa esto en términos de riesgos para la salud? Por ejemplo, sabemos que el embarazo puede hacernos más vulnerables al calor.
Esto es un poco diferente a muchos de los entrenamientos que hace MCN pues usualmente son entrenamientos para los entrenadores.
Sí, para mí, la mayoría de los entrenamientos que facilito no son para trabajadores directamente: nosotros entrenamos a quienes prestan servicios de salud o a los trabajadores de salud comunitaria, que a su vez atienden o entrenan a los trabajadores. En este caso, trabajamos directamente con los trabajadores. Fue realmente impactante escuchar sobre sus experiencias directamente de ellos, aunque también fue doloroso saber de sus historias sobre las lesiones y las explotaciones que han sufrido.
Los entrenamientos de MCN siempre son participativos y se centran en el trabajador y, en esta ocasión, no fue diferente. Así que cuando vimos que había más mujeres nos aseguramos de incluir su perspectiva en el entrenamiento. Prestamos atención a las creencias y prácticas subyacentes que los trabajadores traían de su país de origen, así como a su idioma y sus preferencias. Utilizamos un juego al final de la sesión para mantener el interés de los participantes y reforzar los conceptos compartidos. Luego, por supuesto, medimos nuestro impacto. Los trabajadores nos dijeron que estaban muy satisfechos con el entrenamiento y muchos pidieron tener más sesiones.
¿Cuál es el próximo paso?
MCN y Fuerza Resiliente tienen misiones importantes en común. Fue una gran experiencia poder conocer mejor a la organización y a su personal. El siguiente paso es buscar financiamiento para que podamos combinar nuestra experiencia y crear un programa sólido de capacitación en salud y seguridad ocupacional que se centre en la fuerza laboral resiliente y aborde las injusticias ambientales, laborales y climáticas a las que se enfrentan estos trabajadores, en su mayoría inmigrantes, mientras reconstruyen nuestras comunidades.
Lea más sobre el trabajo que ha hecho MCN sobre este tema en nuestra página de La Justicia Climática, también disponible en inglés.
Estos son otros blogs disponibles en inglés para su lectura sobre el clima y los trabajadores:
Climate Change is Impacting Health Care Provision. Community Health Centers Push Back
Supervisor Believed Construction Worker Was on Drugs. He Was Dying of Heat Stress
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