Consecuencias en la salud por el agobio en la frontera entre EE. UU. y México
El año pasado, Verónica* abandonó Venezuela con su marido y recorrió miles de kilómetros, incluyendo el paso por el peligroso Tapón del Darién, dejando atrás a sus tres hijos, para llegar a la frontera entre México y Estados Unidos.
Llegó a la frontera en mayo con siete meses de embarazo; justo unos días antes de que finalizara el Título 42. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos la separó de su esposo para procesarla. Debido a su embarazo, se le permitió pedir asilo. A su esposo probablemente lo devolvieron al lado mexicano de la frontera.
Después de ser procesada, a Verónica la sueltan en un refugio de migrantes en Texas. La Red de Proveedores de Servicios de Salud para Migrantes (MCN por sus siglas en inglés) -una organización sin fines de lucro dedicada a la salud de los migrantes- cuenta con personal en la frontera para registrar en la Red de Salud -un programa para la navegación virtual de casos de MCN- a los solicitantes de asilo recientemente liberados que tengan problemas de salud. Luego, los asociados de la Red les ayudan a encontrar citas en los centros de salud y les ponen en contacto con los servicios y programas disponibles en las comunidades de destino. Sin este servicio virtual de navegación de casos, muy pocas solicitantes de asilo pueden navegar el sistema de salud y pagar por los servicios que reciben y, otras, terminan en una sala de emergencias con un parto que nunca recibió cuidados prenatales, una opción que es más cara y menos eficaz para garantizar la salud de la madre y del bebé
Enedelia Basurto, asociada de la Red de Salud, conoció a Verónica en el refugio, pero no sabe mucho de su historia, ni por qué salió de Venezuela. Cuando los asociados de la Red trabajan con pacientes traumatizados, no les piden que cuenten sus traumas como parte del proceso de registro; estamos abiertos a escuchar, pero no es obligatorio. Verónica era una de las varias solicitantes de asilo embarazadas que Basurto inscribió ese día en la Red y que no compartió mucho.
"Antes de que finalizara el Título 42, inscribíamos a docenas de pacientes al día y recibíamos más a medida que se acercaba el 11 de mayo", dijo Basurto. Durante su proceso de inscripción, Verónica le dijo a Basurto que se quedaría con su tío en Chicago. Verónica dejó la frontera poco después.
Sin embargo, cuando Verónica llegó a Chicago, su tío la rechazó. Verónica no tenía adónde ir y entró en el sistema de refugios. Chicago, como muchas otras ciudades, ha experimentado recientemente un incremento en el número de solicitantes de asilo y tiene dificultades para proporcionar suficientes recursos para refugiados. Menos de una semana después de que la Red inscribiera a Verónica, se recibió una llamada de la policía de Chicago. El departamento de policía local había sido designado como albergue de emergencia. Basurto habló con un sargento y le confirmó que Verónica estaba segura y que tenía refugio; había estado durmiendo en una colchoneta en el suelo.
"El estrés severo puede tener consecuencias graves de salud en el embarazo", señaló Laszlo Madaras, MD, MPH, director médico ejecutivo de MCN, quien supervisa los casos de la Red de Salud. "El estrés de no tener un hogar o un refugio seguro, de no tener el apoyo familiar, ni una fuente fiable de alimentos o cuidados médicos durante el embarazo puede ejercer una gran presión sobre el embarazo. Muchas mujeres han huido de la violencia y los traumas en sus países de origen en busca de una vida más segura para su recién nacido, para ser traumatizadas aquí a su llegada."
"Informé al sargento de la cita [prenatal de Verónica] que le había programado en la clínica más cercana, y me ofrecí a organizar el transporte", dijo Basurto. Basurto tomó medidas para ayudar a Verónica a acudir a un centro de salud, de modo que su parto pudiera planificarse y no tuviera que acudir a urgencias.
"La experiencia de Verónica pone de manifiesto a lo que se enfrentan los solicitantes de asilo", señaló el Dr. Madaras. "Los asociados de la Red de Salud hacen todo lo posible para eliminar las barreras que impiden el acceso a la atención médica, pero hay muchas personas que no tienen ningún tipo de apoyo para conectarse a los servicios de salud".
Las organizaciones sin fines de lucro y las organizaciones comunitarias han sido esenciales para evaluar la salud de los solicitantes de asilo que llegan y confirmar que están lo bastante sanos para viajar a su próximo destino y conectarlos con los servicios disponibles en las comunidades de acogida. Sin embargo, muchos de estos programas están abarrotados y carecen de fondos suficientes. A medida que los solicitantes de asilo son liberados en Estados Unidos, Chicago y otras ciudades grandes han tomado la decisión correcta de darle prioridad a conseguirles un refugio básico. Pero para quienes se les permite entrar al país con problemas de salud urgentes también necesitan tener acceso a servicios de salud que se ofrezcan dentro del marco de una atención informada por el trauma y que sea lingüísticamente apropiada. Los solicitantes de asilo necesitan ayuda para navegar el sistema de salud y el gobierno debe proporcionar los fondos para que reciban esa ayuda y para costear los cuidados de salud que resulten necesarios. Es inhumano dejar que las personas en estado de desesperación con necesidades de salud urgentes, como las embarazadas, se las arreglen a solas en un país nuevo, sin casi recursos, sin trabajo y sin acceso a una red de seguridad. Si les permitimos entrar en el país para esperar su audiencia de inmigración, como nación, debemos comprometernos a proporcionarles esta atención básica.
*El nombre de Verónica ha sido modificado para proteger su identidad.
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