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Preguntas y respuestas: La vacuna contra la COVID-19 de una sola inyección amplía las oportunidades para prevenir la muerte y las enfermedades graves

Bottles of COVID-19 Vaccine

En los próximos días o semanas, se espera que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) otorgue una autorización de uso de emergencia para la fabricación y venta de la vacuna contra la COVID-19 de Johnson and Johnson (J&J). La nueva vacuna se considera en gran medida un cambio significativo para las poblaciones de más difícil alcance. A diferencia de las vacunas Moderna y Pfizer/BioNTech, la vacuna J&J no utiliza ARNm, sino un enfoque de "vector viral", con el que las células humanas son impulsadas a producir la proteína de la espícula del virus SARS-2, que luego desencadena la respuesta inmune. Aquí, el director médico de la Red de Proveedores de Servicios de Salud para Migrantes (MCN, por sus siglas en inglés), Laszlo Madaras, MD, MPH, responde sobre la introducción de la tercera vacuna contra la COVID-19 y su potencial impacto en migrantes e inmigrantes.


Claire Hutkins Seda: Con frecuencia escuchamos que la característica de una dosis hace a la vacuna de J&J contra la COVID-19 algo revolucionario. ¿Qué cambia cuando solo se necesita una dosis?


Dr. Laszlo Madaras:
 Sí, la opción de recibir una sola inyección es extremadamente importante. Para muchas personas, como los trabajadores agrícolas migrantes en los EE. UU. o los refugiados que huyen en busca de seguridad, podría ser difícil regresar al mismo lugar para recibir la segunda dosis de una vacuna después de un cierto número de días. Incluso aquellos que están geográficamente estables luchan por recibir dos dosis. En algunos casos, puede haber escasez de vacunas para la segunda dosis; en otros, los trabajadores no pueden darse el lujo de tomarse dos días libres. Incluso en áreas con clínicas móviles, es significativamente más fácil, menos costoso y probablemente más efectivo para ellos poder completar el proceso de vacunación de una sola vez. La pérdida en el segundo seguimiento ya no será un problema, y es posible que los pacientes estén más dispuestos a vacunarse sabiendo que no tienen que averiguar cómo recibir la segunda dosis; realmente ayudará a asegurar que algunos de nuestros usuarios más vulnerables tengan un acceso más fácil a una forma eficaz de evitar la muerte o las enfermedades graves por COVID-19 mediante la vacunación.

 



CHS: Y la refrigeración es otro aspecto importante aquí. 


LM:
 Sí, ya hemos visto cómo la refrigeración ha sido un factor limitante para llevar esta vacuna a nuestras comunidades más rurales. Para lograr equidad en la distribución de vacunas, necesitamos algo que funcione mejor en áreas en donde no se pueden mantener a menos de 70 grados centígrados. Las bajas temperaturas que se necesitan para mantener viables las vacunas hacen que sea realmente difícil que lleguen a las clínicas. Además, una dosis única sin preocupaciones de refrigeración elimina todos los problemas que hemos tenido con la longevidad de esta vacuna. No tenemos que preocuparnos por el posible desperdicio de la vacuna debido al control de la temperatura.

 



CHS: Existe la preocupación de que esta vacuna de una sola inyección no sea tan efectiva como las dos primeras.


LM:
 La conclusión es que esta vacuna es muy eficaz; en los ensayos clínicos, no hubo hospitalizaciones ni muertes por COVID-19. Eso es muy importante. Ninguno de los participantes del ensayo murió ni fue hospitalizado. Se demostró que tiene un 85% de protección contra enfermedades graves. Eso es lo que necesitamos ahora mismo de una vacuna. Necesitamos reducir significativamente la tasa de mortalidad y debemos asegurarnos de que las personas no se enfermen gravemente como para tener que ir al hospital. Esta vacuna claramente cumple con los requisitos. Y sí, es cierto que la dosis única de J&J demostró tener un 66% de protección contra la enfermedad en general, y esto se siente como una desventaja frente a las otras dos, que tienen tasas de eficacia más altas. Pero hay algunas cosas a considerar sobre ese porcentaje. Una es que los ensayos clínicos de J&J se realizaron después de que las variantes de la COVID-19 empezaron a circular, variantes que no existían, hasta donde sabemos, cuando se estaban probando las vacunas Pfizer y Moderna. No sabemos exactamente qué tan protectoras serían las vacunas anteriores cuando se enfrenten a las variantes de la COVID-19. Además, se trata un poco de percepción. Si la dosis única de J&J fuera la primera en el mercado, con una tasa de protección del 85% contra enfermedades graves, nos regocijaríamos por su efectividad. En realidad, es solo en comparación con las vacunas de dos dosis con una tasa de eficacia más alta que parece baja. Si se compara con la vacuna contra la influenza estacional, que anualmente tiene una efectividad de entre 30 y 65% (no estoy seguro de los números exactos, pero esas son cifras aproximadas), eso muestra que todas las vacunas actuales contra la COVID-19 son muy efectivas. 

 



CHS: Entonces, la dosis única de J&J es bastante efectiva. Pero los desafíos de percepción son muy reales.


LM:
 Sí, y las disparidades raciales en el cuidado de la salud son antiguas y preocupantes. Muchas personas tienen traumas históricos por esterilizaciones forzadas y procedimientos o experimentos médicos patrocinados por el Estado. Estas son preocupaciones muy reales que deben abordarse, tanto en la estructura más amplia de nuestros sistemas de salud, en donde persiste el racismo estructural, al igual que de forma individual entre el proveedor de servicios de salud y el paciente, para que se pueda construir la confianza y las preocupaciones se puedan expresar y abordar. De esa manera podemos comenzar a solucionar estos problemas de confianza dañinos y de larga data. Las vacunas Pfizer y Moderna, en parte debido a su necesidad de temperaturas muy bajas, han generado problemas de equidad en la distribución. La vacuna J&J puede ayudarnos a corregir el rumbo para que podamos construir un sistema equitativo donde todos tengan la oportunidad de vacunarse. Y sí, la dosis única es un poco menos efectiva, pero, nuevamente, esto es realmente crítico, fue 100% efectiva para prevenir la hospitalización o la muerte por COVID-19.

 

Creo que también es importante tener en cuenta que los ensayos clínicos de J&J incluyeron una población amplia, incluidas personas con comorbilidades y con un rango étnico más amplio, lo que refleja mejor a la población en general. 
Entonces, sí, existen algunos problemas de percepción de que es menos efectiva, y nuestros proveedores de servicios de salud deberán ser transparentes y conscientes respecto a ello, de dónde provienen y cómo podemos generar confianza en torno a la vacuna.

Creo que también es importante tener en cuenta que los ensayos clínicos de J&J incluyeron una población amplia, incluidas personas con comorbilidades y con un rango étnico más amplio, lo que refleja mejor a la población en general. Entonces, sí, existen algunos problemas de percepción de que es menos efectiva, y nuestros proveedores de servicios de salud deberán ser transparentes y conscientes respecto a ello, de dónde provienen y cómo podemos generar confianza en torno a la vacuna.

 




CHS: ¿Cómo pueden los proveedores de servicios de salud, incluidos los trabajadores de divulgación, generar esa confianza y crear ese espacio para que los miembros de su comunidad puedan hacer preguntas y tomar una decisión informada sobre la inyección de una dosis?


LM:
Hay que trabajar con líderes comunitarios locales de confianza, pastores, rabinos y otros clérigos para reforzar la importancia de estas vacunas. Hay que trabajar con personal de salud comunitario que conoce las costumbres locales, los idiomas, si la gente escucha más a hombres o mujeres, que pueden entrar a las casas, todos los elementos culturales importantes que demuestren respeto y promuevan comunidad.

 



CHS: Entonces, ¿la de J&J es realmente algo revolucionario, como la gente ha estado diciendo? 


LM:
 Sí, y no solo aquí en Estados Unidos, sino visto desde una perspectiva global. Realmente podría salvar vidas en áreas del mundo con escasos recursos, donde la refrigeración es casi imposible, debido a cortes de energía aleatorios y la incapacidad de alcanzar los 70 grados centígrados bajo cero, aún cuando las condiciones sean favorables. También podría salvar vidas en áreas donde el suministro de tanques de oxígeno es inexistente o limitado, incluso en los principales centros hospitalarios, lo que hace la prevención de la COVID-19 algo aún más crucial. He trabajado en lugares de África en donde racionábamos el uso del oxígeno, ya que no estábamos seguros de cuándo recibiríamos la siguiente entrega. La temporada de lluvias o las carreteras dañadas podrían impedir una entrega, ya que el transporte de dicho gas combustible es difícil. Solo me basta con imaginar si tuviera que tratar a todos estos pacientes con COVID en el centro sur de Pensilvania, sin la capacidad de usar oxígeno. Nuestras tasas de mortalidad estarían por las nubes.

Además, tiene un gran impacto para las personas que están migrando o que tienen que viajar grandes distancias para obtener atención médica, que es una buena parte de la población del mundo en desarrollo. Cuando trabajaba en Gabón, la gente tenía que viajar en botes para llegar al hospital y vacunar a sus hijos, entonces si pudieran hacer ese viaje solo una vez y no dos, eso aumentaría las posibilidades de que lo hagan. Viajar por montañas, encontrarse con actores armados, cruzar ríos ... A nivel mundial, reducir la cantidad de viajes necesarios para obtener la vacuna tiene grandes impactos de una manera que no logramos reconocer en una sociedad más industrializada. 

 

 

 

 

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