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La hepatitis en poblaciones móviles

La hepatitis en poblaciones móviles

Clinician talks with patient in the field

La hepatitis viral es una enfermedad infecciosa causada por varios tipos diferentes de virus que causan inflamación del hígado. Debido a  la multitud de riesgos que pueden resultar en infección, se recomienda a las clínicas de salud que pregunten anualmente sobre los riesgos de la hepatitis y los antecedentes de enfermedad hepática e inmunización como parte de la evaluación médica estándar para pacientes móviles. Las mujeres embarazadas son evaluadas regularmente e inmunizadas contra la hepatitis. Entre los pacientes móviles en los EE.UU., los hombres jóvenes de bajos ingresos tienden a presentarse en clínicas solo con enfermedades o lesiones agudas. Como resultado, MCN recomienda que si la condición permite, los hombres jóvenes, en particular, sean evaluados para detectar factores de riesgo de hepatitis en cualquier caso, incluso si se presentan con una enfermedad o lesión no relacionada.

 

La hepatitis A

La transmisión de la hepatitis A se realiza por vía oral-fecal. Aunque no es crónica, la hepatitis A puede causar una enfermedad grave y la pérdida de tiempo del trabajo, y también puede convertirse en un riesgo grave para la salud de las personas con enfermedad hepática crónica y/o con pacientes que tienen sistemas inmunitarios debilitados. Los adultos tienen más probabilidades de mostrar síntomas de enfermedad como ictericia, fatiga, dolor abdominal, pérdida de apetito, náuseas, diarrea, fiebre que los niños. Las personas móviles de bajos ingresos pueden correr un mayor riesgo de contraer hepatitis A debido a la falta de acceso a instalaciones adecuadas de agua y saneamiento mientras viajan y las situaciones de vivienda deficientes. Además, la hepatitis A es endémica a México, América Central, América del Sur, y el Caribe. La historia de exposición es mucho más común en esos países que en los Estados Unidos. Un historial completo de viajes, y preguntas sobre viajes futuros pueden ayudar a un médico a determinar si una vacuna contra la hepatitis A está garantizada. Además, las personas con enfermedad hepática crónica o prolongada, incluida la hepatitis B o la hepatitis C, deben vacunarse contra la hepatitis A.

Visite el sitio del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), para obtener más recomendaciones, recursos e información sobre la vacuna contra la hepatitis A.

La hepatitis B

La hepatitis B se transmite a través de la sangre o fluidos corporales infectados, a través de relaciones sexuales sin protección, compartiendo aparato de inyección, pinchazos con agujas relacionados con el trabajo y la transmisión vertical de una madre infectada. En los Estados Unidos, la hepatitis B es principalmente una infeccion de transmision sexual. Los adultos tienen más probabilidad de mostrar síntomas de enfermedad como ictericia, fatiga, dolor abdominal, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, y dolor en las articulaciones que los niños, sin embargo alrededor del 30% de la gente infectada no muestran síntomas. La infección puede ser aguda o crónica y la infección crónica es más probable entre las personas que fueron infectadas en la infancia.  La infección crónica puede provocar cirrosis, cáncer del hígado e insuficiencia hepática.

La aplicación de las vacunas ha tenido como resultado una reducción en las tasas de la hepatitis B, en todo el mundo. En el año 2015, la cobertura mundial con tres dosis de la vacuna contra la hepatitis B en la infancia, alcanzó al 84% de la población.  La mayoría de las personas que viven con la infección por hepatitis B nacieron antes de que la vacuna estuviera ampliamente disponible y, por lo tanto, podría haber empezado a administrarse poco después de su nacimiento.  En muchas partes de América Central y el Caribe, donde la prevalencia fue una vez intermedia, hoy cuentan con una prevalencia de menos del 2%. 
La mejor práctica para proteger la salud de los pacientes migrantes, sigue siendo vacunar a los adultos y a los jóvenes contra la hepatitis B y evaluar a las personas nacidas en los países con probabilidades de altas tasas de transmisión perinatal de hepatitis B.  
Para obtener más información, lea la página de los CDC  sobre la hepatitis B para proveedores de atención médica.

Las vacunas han reducido las tasas de la hepatitis B en todo el mundo. En el año 2015, la cobertura mundial con tres dosis de la vacuna contra la hepatitis B en la infancia alcanzó el 84 por ciento.1 La mayoría de las personas que viven con la infección por hepatitis B nacieron antes de que la vacuna estuviera ampliamente disponible y, por lo tanto, podrían administrarse poco después de nacimiento. Muchas partes de América Central y el Caribe, donde la prevalencia fue una vez intermedia, ahora cuentan con una prevalencia de menos del dos por ciento.

Vacunando a los adultos y los jóvenes contra la hepatitis B y evaluando las personas nacidas en países que pueden tener altas tasas de transmisión perinatal de hepatitis B continúa siendo la mejor práctica para proteger la salud de los pacientes inmigrantes.

Lea la página de la CDC sobre la hepatitis B para proveedores de atención médica para obtener más información. 

 

La hepatitis C

El virus de la hepatitis C (similar a la hepatitis B) generalmente se transmite a través de la sangre o los fluidos corporales infectados, las relaciones sexuales sin protección, compartiendo aparato de inyección, pinchazos con agujas relacionados con el trabajo y la transmisión vertical de una madre infectada. Antes de que tuviéramos la capacidad de examinar nuestro suministro de sangre para detectar la hepatitis C, los pacientes puede haber recibido inadvertidamente la hepatitis C a través de transfusiones de sangre. Actualmente, en los EE. UU., la hepatitis C se transmite principalmente mediante el intercambio de agujas y equipos de inyección. La hepatitis C es la infección crónica más común en los Estados Unidos que es  transmitida por la sangre. La hepatitis C a menudo es una infección crónica que puede conducir la insuficiencia hepática. No existe vacuna contra la infección por la hepatitis C.

La CDC recomienda realizar pruebas de hepatitis C a todas las personas nacidas entre 1945 a 1965, incluyendo usuarios actuales o anteriores de drogas inyectables, personas que recibieron concentrados de factor de coagulación antes de 1987, receptores de transfusiones de sangre o trasplantes de órganos antes de julio de 2001, pacientes con hemodiálisis a largo plazo, personas con VIH, niños nacidos de madres con hepatitis C, y cualquier person a que haya tenido una exposición conocida de la hepatitis C.

Desde el 2014 se han usado varios medicamentos efectivos antivirales de corta duración. Aunque medicamentos están disponibles, siguen siendo costosos, especialmente para una población que a menudo no puede acceder seguro de salud. Visite la pagina https://www.hcvguidelines.org/ para obtener más información sobre las recomendaciones actuales o para acceder a la página de Hepatitis C de los CDC para obtener una descripción general, estadísticas actuales, recomendaciones y recursos.

 


 

1 Global Hepatitis Report 2017. World Health Organization. Available at: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/255016/9789241565455-eng.pdf;jsessionid=F23850265244A5A2180F4671DED4FBE7?sequence=1