El trágico tiroteo de ayer en Uvalde, Texas, ha dejado a una gran mayoría de gente desconsolada. Ese tiroteo escolar fue el número 27 de las 19 semanas de 2022; y además ha habido al menos otros 212 tiroteos masivos. Y hace solamente 10 días que sucedió el devastador tiroteo en Búfalo, Nueva York, donde murieron 10 personas. Algunos de nosotros no podemos creer que vivimos en un país donde la libertad significa que los adolescentes pueden ser dueños de armas automáticas. Y otros de nosotros creemos que la libertad para ese derecho constitucional requiere apoyo en toda circunstancia. Por lo tanto, lo que pensamos sobre las armas se convierte en otra cuestión que polariza y separa a los estadounidenses precisamente en el momento en que más necesitamos unirnos para lamentar y consolarnos mutuamente.

Lo qué consuela es diferente para cada persona. Para algunos, estar junto a otros es la mejor manera de manejar la tragedia. La gente se reúne en lugares de culto, en los parques de los barrios, en las cafeterías, en sus porches y en sus casas. Algunas personas se movilizan para luchar contra las causas que creen que contribuyen a una cultura de violencia. Se organizan individualmente o con otros, pero buscando reparar un mundo roto. Otros se retiran o aíslan, porque los eventos son demasiado difíciles de afrontar ahora. Retirarse es el mejor enfoque para muchas personas ahora, no porque no les importe, sino porque se sienten frágiles precisamente por lo mucho que les importa.

He pasado más de dos décadas escribiendo sobre un concepto que llamo “esperanza razonable”. Claro que la esperanza es un sentimiento, pero también puede entenderse como la acción colectiva de hacer esperanza con otros, no tanto como un sentimiento que algunas personas pueden generar y otras no. A veces, las mismas personas que necesitan esperanza no pueden reunir los medios para generarla. Ahí es cuando los amigos, la familia, los vecinos e incluso las conexiones de redes sociales pueden intervenir y "hacer esperanza" con nosotros. ¿Qué es “hacer esperanza”? Pueden ser tantas cosas diferentes. Puede ser, “te escucho, amigo”, “sé dónde estás, querido”, “ven, caminemos juntos”, “aquí hay una taza de café; pensé que podrías necesitar una”.

Cuando perdemos el sentido de por qué la vida importa si pueden ocurrir males horribles y sin sentido como lo ocurrido, aquellos que en este momento cuentan con más estabilidad pueden intervenir, ofreciendo una mano firme. Haciendo esperanza razonable con los demás no significa que no podamos sentir desesperación también; con frecuencia ambos coexisten. Es la maravilla de la vida, que podemos estar allí el uno para el otro cuando nuestros corazones se sienten apesadumbrados. Podemos estar allí, abrazándolo todo; verdaderamente, abrazando la maravilla que es la vida.

Access a Witness to Witness resource on Reasonable Hope here. 
See all Witness to Witness resources, many in English and Spanish, on diverse topics like how to find comfort, contemplating death during uncertainty, anger, stress responses, common shock, and more, on the Witness to Witness page.