Declaración de principios: las políticas de inmigración deben cambiar durante la pandemia de COVID-19
La Red de Proveedores de Servicios de Salud para Migrantes (MCN, por sus siglas en inglés) hace un llamado a las autoridades de inmigración para que rescindan las políticas de inmigración peligrosas que ponen en riesgo a los refugiados, los migrantes y las comunidades fronterizas durante la pandemia de COVID-19.
En mayo de 2019, el gobierno de Donald Trump comenzó a poner en funcionamiento los Protocolos de Protección para Migrantes (MPP), también llamados "Quédate en México", que exigen a los migrantes que cruzan la frontera solicitando asilo que permanezcan en México, en lugar de Estados Unidos, para esperar su audiencia judicial de los procedimientos de inmigración. A pesar de que una orden judicial de febrero de 2020 confirmó que los protocolos son legalmente irracionales, el MPP se ha mantenido activo. Miles de personas que esperan en México viven en campamentos de refugiados desorganizados y con fondos insuficientes, con saneamiento deficiente, disponibilidad limitada de albergues, alimentos improvisados y pocos recursos, incluso para la asistencia médica básica. A medida que la pandemia golpea, la limitada ayuda humanitaria que había disponible se ha reducido aún más y las organizaciones están retirando a su personal por su propia protección. Esto ha dejado a miles de migrantes y refugiados esperando en la frontera entre Estados Unidos y México, en condiciones inseguras y antihigiénicas, muchas de ellas con afecciones de salud crónicas o en curso que las hacen más vulnerables al virus COVID-19.
Al otro lado de la frontera, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) continúa deteniendo a miles de solicitantes de asilo. Bajo el MPP, muchos de los que están detenidos en EE.UU. para evitar ser enviados a México son aquellos que tienen necesidades de salud persistentes, incluidas las mujeres embarazadas y sus familias, y personas de todas las edades con afecciones de salud graves. Los detenidos de ICE corren un alto riesgo de COVID-19. Al igual que en otras instalaciones residenciales con espacios cerrados, el virus COVID-19 puede propagarse rápidamente, lo que puede desbordar las salas de emergencia locales y los servicios de salud, poniendo en peligro con ello a las comunidades locales y a prueba nuestro sistema de atención de salud.
En un comunicado de prensa conjunto del 31 de marzo, la Organización Mundial de la Salud, los Altos Comisionados de las Naciones Unidas para los Refugiados, la Organización Internacional para las Migraciones y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos declararon firmemente que "los derechos y la salud de los refugiados, los migrantes y los apátridas deben estar protegidos en la respuesta al virus COVID-19". Existen alternativas al MPP y a la detención de personas y familias solicitantes de asilo que se pueden llevar a cabo de forma segura para proteger la salud pública y salvaguardar la vida de los hombres, mujeres y niños que buscan asilo en la frontera sur. En sus materiales de divulgación, Physicians for Human Rights y Human Rights Watch incluyen recomendaciones y directrices para iniciar estas salvaguardas.
Existen programas que podrían iniciar estas salvaguardas de inmediato. MCN ha sido instrumental en la creación de uno de los primeros de estos programas en la frontera: la Red de Atención Humanitaria (HCN, por sus siglas en inglés), que es un programa de la Red de Proveedores de Servicios de Salud para Migrantes, en conjunto con Caridades Católicas del Valle del Río Grande, la Universidad de Texas, la Facultad de Medicina de Valle del Río Grande, la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford y la Facultad de Medicina Baylor/Hospital Infantil de Texas. La HCN se encuentra dentro del Centro de Relevo Humanitario (HRC, por sus siglas en inglés). El Centro de Relevo Humanitario es un programa de Caridades Católicas del Valle del Río Grande que recibe a los solicitantes de asilo que han sido liberados recientemente de los centros de detención. El HRC proporciona necesidades básicas como alimentos y ropa, y la Red de Atención Humanitaria evalúa a los solicitantes de asilo para determinar y satisfacer sus necesidades de salud básicas y urgentes. Cuando el solicitante de asilo está listo para salir del HRC, la Red de Salud de MCN proporciona la gestión de casos para vincular a los solicitantes de asilo con necesidades de salud de asistencia continua en la comunidad que les recibe. La Red de Atención Humanitaria puede ser fundamental tanto para garantizar el cumplimiento de los derechos humanos básicos como para detener la propagación de COVID-19:
- El Centro de Relevo Humanitario en McAllen, Texas, proporciona comidas calientes, duchas, colchonetas para las personas que se quedan a dormir, una muda de ropa y orientación para viajar en Estados Unidos. Hay espacio dentro del Centro de Relevo Humanitario para aislar o poner en cuarentena a las familias que buscan asilo.
- Una clínica con equipo y personal completo, creada este año en el HRC a través de la Red de Atención Humanitaria brinda atención de cuidados intensivos a las familias inmigrantes. En la Clínica de Alivio ya se están realizando exámenes de salud y pruebas de COVID-19.
- La Red de Salud de MCN también proporciona gestión de casos a las familias que buscan asilo una vez que viajan a sus nuevas comunidades en Estados Unidos. La mayoría de las familias solicitantes de asilo tienen patrocinadores o familias en este país dispuestas a ayudarlos. Trabajando con sus aliados, MCN ayudó a crear una red de instituciones médicas académicas y clínicas en las principales comunidades de destino para inmigrantes, para atender a aquellos inmigrantes con las necesidades médicas más urgentes, como madres embarazadas y sus bebés por nacer, y niños con necesidades especiales de atención de salud. La Red de Salud de MCN tendrá el primer repositorio del país que contenga información de salud de las familias que migraron recientemente. La Red de Salud tiene la capacidad y la experiencia para ampliar su trabajo con el fin de satisfacer las necesidades de gestión de casos que surgen de la pandemia.
“Tenemos dos poblaciones vulnerables: una detenida en carpas y otra en centros de detención. Existen soluciones. Lo que necesitamos ahora es solidaridad y acción. Gracias a MCN y nuestros socios, estamos listos para responder”, declaró Marsha Griffin, MD, presidenta emérita de la Junta Directiva de la Red de Proveedores de Servicios de Salud para Migrantes y directora del equipo de la Red de Salud del Valle del Río Grande de MCN.
El director médico de MCN, Laszlo Madaras, MD, MPH, trabaja directamente con pacientes de COVID-19 en un hospital comunitario que atiende a una población de trabajadores agrícolas migrantes. "He visto en tiempo real lo rápido que los hospitales rurales se han visto desbordados con pacientes muy enfermos", dijo el doctor Madaras. "Los detenidos de ICE tienen un mayor riesgo de contraer COVID-19 y es posible que no reciban rápidamente la atención adecuada para evitar la muerte".
La Red de Proveedores de Servicios de Salud para Migrantes hace un llamado a las autoridades de Estados Unidos para que le dé la más alta prioridad a la salud pública con el fin de responder a la crisis humanitaria fronteriza y cubrir las necesidades básicas de salud de los solicitantes de asilo. Con este fin, ICE debe promulgar de inmediato alternativas a la detención para los que están bajo custodia, con la máxima prioridad para los detenidos médicamente vulnerables. Además, se debe detener el MPP y tomar medidas para proteger la salud de los solicitantes de asilo que esperan en México para permitirles ingresar a Estados Unidos bajo las pautas recomendadas por Physicians for Human Rights y Human Rights First.
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